El perverso juego del poder
Guerra en Medio Oriente – Editorial de Fabricio Alvarez
Israel no atacaría territorio iraní sino tiene el beneplácito de sus aliados.
Esos poderosos países que gritan no a una escalada de ataques para no iniciar una guerra que sería terrible para la región y el mundo y paralelamente apoyan a Israel con grandes sumas de dinero y armamentos incitándolos a hacerlo.
Son de lo peor.
Son los mismos que le gritan al planeta desear construir un pasaje o corredor humanitario para alimentar a las inocentes personas que deambulan famélicas en la franja de Gaza, enviando aviones gigantes que tiran comida desde el cielo tal cual destinados a leprosos olvidados, y paralelamente son aliados proveedores de las armas que exterminan a esos mismos humanos encerrados por responsabilidades compartidas entre una organización terrorista y países aliados creadores y sembradores de terror.
Ninguno de ellos piensa seriamente en la humanidad, si lo hicieran no accionarían muchas de las cosas que llevan a cabo, entre otras vetar cada resolución de la ONU cuando de detener la barbarie se trata.
Todo el mundo sabe que esto es así, pero se callan, prefieren apoyar en silencio o mirar para otro lado, por dinero, convirtiéndose en cobardes cómplices de la muerte de niños y niñas inocentes que nada tienen que ver en estos conflictos.
Esos poderosos están tranquilos, sus hijos crecen en paz y abundancia.
Y así seguirán produciendo dinero alimentando la muerte y el terror.
Gritando al mundo que detengan la guerra y a la vez tirando desde un avión la bomba atómica arrasando a miles y miles de vidas humanas inocentes.
Así son, ni más ni menos.