22 de febrero de 2025

Increíble se tenga que dialogar entre los partidos políticos en Florida para rendir tributo y homenajear a don Juan Justo Amaro
Editorial de Fabricio Alvarez

Hay intereses que priman cuando en temas de vital importancia está en juego el futuro de una sociedad, y se entiende, aunque no siempre se comparta, que allí aparezca el diálogo político y la negociación.

Dos casos relevantes podrían ser uno el nacimiento de nuestra patria surgida tras fuertes intereses de las partes involucradas y producto justamente de una negociación política, y otra el proceso de salida de la dictadura militar y el ingreso a una nueva vida democrática, hecho que pautó una dura y ardua negociación política-militar que aunque se pueda estar o no de acuerdo, existió en un momento muy relevante y delicado de nuestro proceso histórico como país.

Es no amerita se exprese que la política siempre es el arte de la negociación, porque si lo fuera no sería arte sino simplemente negociación, y a veces absurda, ilógica, irrelevante, mezquina y cuantos adjetivos más quiera uno encontrar.
Mucho más cuando se trata de una acción que no determinará cambio social alguno ni influirá negativamente en la comunidad, y es más, será beneficioso desde los valores que una población debe transitar: agradecimiento, justicia, honra y memoria.

Eso es lo que sucede por estas horas en Florida.

En una búsqueda de consenso el Partido Colorado de Florida se reúne con ediles de otras bancadas, visita y charla con el Intendente departamental, concurre a la sede central de Frente Amplio, saben para qué?
Para solicitar los acompañen y apoyen y voten para nombrar a la rambla de Florida «don Juan Justo Amaro Corrado».
Parece joda pero no es.

En Florida su partido debe andar mendigando que a quien fuera un simple trabajador de AFE, Intendente departamental, diputado en dos períodos (uno truncado por los militares en tiempos donde su figura prevaleció por su conducta democrática), senador de la República, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado, distinguido en 1996 con la Orden de Bernardo O´Higgins de Chile en el grado de Comendador y otras muchas más cosas, hagan el favor de colocar su nombre en una placa en la rambla de Florida, obra que se construyó bajo su mandato municipal.

Pero hay que negociar. Aunque revista de sentido común la no necesidad de hacerlo. Aunque haya que andar mendigando tal honor. Aunque no tenga lógica escuchar planteos y solicitud de tiempos e intercambios para llevar adelante la votación en la Junta de Florida.

Marca con claridad la no ponderación de lo nuestro de la clase política de Florida que pelea por nombres nacionales, muere por lo capitalino a la hora de malinchear, y no da valor a lo nuestro que a la hora de la verdad nada tienen que envidiar a prohombres de otros niveles que parecen superiores solo por el hecho de no ser nuestro vecinos.

Parece mentira se nos exprese que están cambiando figuritas para hacerlo, que te voto a Juan si vos me votas al Taba, que voto a Juan si la votación es por unanimidad sino no.
Así lo sufrió y se manchó un poquito la justicia de colocar el nombre de Andrés Arocena Nocetti a la calle 60, «sí la votamos pero»… los colorados quieren un pedazo para Alfredo Atchugarry y los frentistas otro a nombre de Líber Seregni, y el nombre de Arocena se votó a cambios de figuritas.
Como niños con un álbum. Ni más ni menos.

Se puede fundamentar todo lo que quieran.

Pero en realidad, con el perdón correspondiente y sin ánimo de ofender a nadie, esto da vergüenza.

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